Hemos visto cómo las radiaciones electromagnéticas, fundamentalmente emitidas por el sol y reflejadas por los objetos terrestres, o incluso emitidas por dichos objetos (p.ej. en el infrarrojo térmico), todas más o menos afectadas por efectos atmosféricos, se combinan generando “señales” de las cuales es posible extraer información acerca de dichos objetos y de las coberturas terrestres. La detección de tales señales electromagnéticas puede efectuarse por medios fotográficos o electrónicos. Históricamente fueron la placa o el film fotográfico, usualmente sobre plataformas aéreas, los sensores remotos por excelencia. Estos, a partir de las últimas décadas, debieron convivir con los sensores electrónicos, más adecuados para las exigencias a que son
Sometidos sobre plataformas suborbitales y satelitales. De todos modos la detección sobre plataformas aéreas, sea con sensores fotográficos o electrónicos sigue constituyendo una valiosa fuente de información en un amplio rango de aplicaciones, y la decisión final sobre el uso de tal o cual tipo de plataforma debe ser cuidadosamente analizada, particularmente cuando la relación costo/beneficio gravita sensiblemente sobre el presupuesto de un proyecto. Fue a partir de la década del 60 que comenzó el desarrollo vertiginoso de la percepción remota desde plataformas satelitales. Distintos factores han condicionado este comportamiento que ha ido llevando a la percepción remota satelital a una etapa esencialmente comercial. El más importante de dichos factores fue seguramente la liberación para aplicaciones civiles al fin de la Guerra Fría de tecnología reservada hasta entonces para uso militar. Hasta 1946 la observación terrestre por percepción remota se
Efectuaba desde aviones o globos. En 1946 se adquirieron las primeras fotografías desde cohetes V2 capturados a los alemanes, siendo estas experiencias decisivas para ilustrar el potencial de la fotografía desde alturas orbitales. Este potencial se volvió más evidente con las misiones orbitales y espaciales a partir de la década del 60: uno de ellos fue el proyecto CORONA de espionaje militar. Un número no
Determinado de estos satélites de corta vida (1 a 16 días) orbitando a unos 130 km de altura y utilizando cámaras fotográficas de alta resolución realizó misiones de espionaje entre los años 1960 y 1972. El caudal fotográfico así obtenido fue desclasificado en 1995. En la Fig. 16 se observa una imagen de las ciudades de Artigas y Quarai obtenida en el año 1965 por un Satélite Corona.
Los Nuevos Satélites Para La Observación De La Tierra
Numerosos satélites orbitan actualmente la Tierra en misiones de observación no sólo de las coberturas terrestres sino también de su atmósfera, sus océanos, etc., y en general investigando la interacción de los dinámicos sistemas geofísicos. Estos satélites transportan
Sofisticados instrumentos para cumplir dichas misiones. Queda fuera del alcance de nuestro estudio referirnos a la extensa lista de dichas plataformas y sus instrumentos. De todos modos nos referiremos a dos ejemplos notables de tales plataformas: los satélites TERRA (y su gemelo AQUA) y ENVISAT. TERRA es un satélite multinacional de investigación científica de la NASA. Recorre una órbita solar-sincrónica y es la “nave insignia” del Earth Observing System de la NASA. Fue puesto en órbita en febrero del 2000 y transporta a bordo cinco sensores remotos destinados a medidas terrestres ambientales y de cambios en el sistema climático. El ENVISAT, lanzado en el 2002 en órbita solar-sincrónica y operada por la ESA es posiblemente el mayor satélite de observación construido hasta el momento (8000 kg). Transporta a bordo 10 sofisticados sensores ópticos y de radar para monitorear permanentemente las cubiertas terrestres y oceánicas, la atmósfera y los casquetes polares.
Recepción Y Transmisión De La Información Satelital
Ya mencionamos que los satélites utilizan sensores diferentes a los de la fotografía convencional. En general se trata de sensores electrónicos de estado sólido, adecuados a las regiones espectrales para las que se desea obtener imágenes. Como detallaremos más adelante cada satélite puede registrar las imágenes terrestres simultáneamente en varias
Regiones visible e infrarrojo cercano, medio o térmico del espectro electromagnético. Los sistemas óptico-telescópicos del satélite enfocan las escenas terrestres sobre arreglos de tales detectores y las señales analógicas generadas por éstos son digitalizadas para su retransmisión, sea a otros satélites geosincrónicos sea a estaciones rastreadoras terrenas. Estas posibilidades se esquematizan en la Fig.26.
Los datos del satélite B pueden ser transmitidos directamente a una estación terrena si ésta está en la línea de visión del satélite (A).
En caso contrario la información puede ser almacenada a bordo de B para su posterior retransmisión a una estación terrena. B puede también enviar sus datos a un sistema satelital repetidor que consiste en una serie de satélites de comunicaciones en órbita geosincrónica. Los datos son enviados de un satélite repetidor C) a otro hasta alcanzar una estación terrena adecuada.
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